Uno de nuestros principales competidores internacionales en cuanto al turismo de golf es también nuestro vecino. Y a fecha de hoy (19 de mayo) todos estamos de acuerdo en que nos va a hacer mucho daño.

Portugal tiene 29.209 casos de COVID19 confirmados, y 1.231 fallecidos. Tiene abiertos sus museos, monumentos, palacios, galerías de arte, y comercio local con puerta a la calle. Es obligatorio el distanciamiento cívico social, y llevar mascarilla en los transportes públicos, colegios, tiendas y otros espacios cerrados.

Transmiten una imagen mucho más limpia y sana, y sus responsables de turismo no han dejado pasar la oportunidad de divulgarlo con una campaña cuyo nombre lo dice todo: CLEAN&SAFE. Con esta leyenda, insertada en un Círculo de color azul calor y acompañada del logotipo de Turismo de Portugal, se distingue, desde el pasado 24 de abril, a los alojamientos, las empresas turísticas y las agencias de viajes que aseguren cumplir los requisitos de higiene y limpieza para la prevención y control del COVID19. Cada empresa debe implementar un protocolo específico, y rellenar una “declaración de compromiso”. Con eso ya pueden utilizar el símbolo de calidad en el propio establecimiento y en toda su promoción. Durante un año. De manera gratuita. Sujeto a que, en algún momento, se les pueda hacer una auditoría de cumplimiento.

En España se anunció el día 8 de mayo la decisión del Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE) de crear la certificación SAFE TOURISM CERTIFIED. La representa un círculo azul que envuelve el nombre de la certificación, junto con un corazón azul, y tres puntos que representan la bandera de España. La propuesta se presentó el 15 de abril, y una vez aprobados los protocolos se producirá, a lo largo del mes de mayo, su transición a las especificaciones técnicas UNE. Durante la primera quincena de junio, se elevarán los documentos a ISO para su debate en los diferentes grupos de trabajo internacionales. Será entonces cuando los hoteles y campos de golf puedan contratar a las empresas autorizadas para pasar la auditoría que les autorice a utilizar el mencionado sello en su promoción.

Si no te ha aburrido leyendo hasta aquí (y he procurado aliviar la literatura técnica) tendrás ya una idea de la principal diferencia entre el sello portugués y el español: Portugal ya lo está utilizando.

Nos queda el consuelo, como dice la nota oficial del ICTE en su página Web, de que nuestro sello “único y tranversal (…) sitúa a España de nuevo como pionera y líder mundial en materia de normalización y certificación en el ámbito turístico”. Muy positivo.

Pero mientras tanto nuestro principal rival (que no enemigo) es más eficaz.